Abonado

Al llegar tenemos una parcela con un suelo desequilibrado. Nos encontramos que ha sufrido trabajos excesivos, con los horizontes mezclados y compactados, una baja cantidad de materia orgánica y una actividad biológica muy escasa en la zona que nos interesa que son las capas superficiales.

Para comenzar con buen pie, y recuperar la biología del suelo y su estructura poco a poco, a principios de abril realizamos un abonado de estiércol vacuno semi-fermentado. Mientras tanto se había arado nuestro campo varias veces para colocar una cobertera de abono que mediante sucesivos roturados y un arado final obtenemos un abonado de fondo y un aporte de materia orgánica a la estructura del suelo que mejoran su capacidad de retención de agua, su estructura y la microbiología del suelo que es el principio básico de la agricultura ecológica, ya que trata de obtener un ecosistema equilibrado.

Un objetivo difícil de alcanzar en un curso escolar pero que, según nuestros planes y los sucesivos aportes orgánicos que se llevarán a cabo, se logrará.

El abonado: el abonado es parte fundamental tanto en el cultivo ecológico como en el cultivo tradicional en suelo firme. Aporta nutrientes, oscurece el color del suelo aumentando la temperatura por la incidencia del sol, aporta fauna microbiológica tanto la que ya vive en el estiércol como la que genera el suelo por la descomposición de estas, mejora el suelo en la fase adsorbida por aporte de materia coloidal (complejo arcillo-húmico).

El trabajo abusivo del suelo: cuando se trabaja la tierra con maquinaria pesada se producen compactaciones de estratos del suelo que degeneran la estructura del suelo produciendo capas impermeables y dificultad de colonización de las plantas por no tener fuerza suficiente en las raíces para traspasar estas capas de suelo endurecido. En un principio las enmiendas orgánicas y el laboreo son una solución para obtener una zona de cultivo pero nuestro suelo no tendría una estructura natural todavía para obtener los equilibrios que deseamos.